Una comida o cena en pareja puede convertirse en una experiencia inolvidable si se elige bien el lugar, el ambiente… y por supuesto, la comida. En Ses Oliveres Port de Sóller, te proponemos un menú pensado para compartir, disfrutar con calma y saborear la esencia del Mediterráneo. Frente al mar, bajo la luz dorada de la tarde o con el rumor de las olas de fondo, este menú se convierte en el plan ideal para dos.
Para compartir: picoteo con identidad mallorquina
El mejor comienzo es siempre el que se saborea al centro de la mesa. Para abrir el apetito, sugerimos tres propuestas que combinan tradición, producto local y una elaboración cuidada.
Las croquetas caseras del día son una apuesta segura: cremosas, sabrosas y recién hechas, cambian según el día y siempre sorprenden. A continuación, el carpaccio de gamba de Sóller ofrece un toque fresco, elegante y lleno de sabor local, perfecto para quienes buscan algo diferente. Por último, unos boquerones fritos completan el picoteo con ese toque crujiente que invita a repetir.
Estas entradas combinan de forma excelente con una copa de vino blanco mallorquín o incluso con un buen vermut artesano, ideal para quienes llegan con ganas de disfrutar del momento sin prisas.
Sin olvidar, por supuesto, nuestro pan con olivas.
Platos principales: cada uno con su elección… o un arroz para compartir
Si la pareja busca disfrutar de diferentes sabores, una combinación perfecta es optar por el pulpo mar y montaña y la carrillera de ternera. El pulpo, con su textura tierna y una elaboración que fusiona tierra y mar, es uno de los platos más valorados del restaurante. La carrillera, por su parte, es pura melosidad: cocinada a baja temperatura, resulta perfecta para los amantes de la carne con carácter.
Otra opción es compartir un arroz, como el arroz meloso de gambas de Sóller y sepia, lleno de sabor marino y con el punto justo de cremosidad. Este plato requiere un mínimo de dos personas, pero si ambos se animan, es una experiencia que vale la pena.
Un dulce final: el postre, mejor si se comparte
Para cerrar la velada, nada mejor que compartir un postre casero. Si está disponible, el gató mallorquín con helado es una elección muy especial: elaborado con almendra mallorquina, combina a la perfección con el frescor del helado. Si no, puedes consultar las sugerencias de postres del día, que suelen incluir propuestas como tarta de queso, coulant de chocolate o elaboraciones con cítricos de Sóller.
Para acompañar el postre, un licor típico mallorquín o un café expreso bien cargado pondrán el broche final a una experiencia gastronómica redonda.
Este menú no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma. Perfecto para parejas que quieren disfrutar del mar, la buena mesa y el encanto de uno de los rincones más bonitos de Mallorca.