Almuerzos junto al mar: cuando el Port de Sóller se vuelve tranquilo

Terraza de Ses oliveres con personas disfrutando de la tarde

Octubre es un mes distinto en el Port de Sóller. El bullicio del verano se apaga poco a poco, los barcos se balancean suavemente en el muelle y el ambiente se llena de esa calma que solo se vive cuando la isla respira de nuevo. Es el momento perfecto para disfrutar de un almuerzo sin prisas, frente al mar, con los sabores mediterráneos que definen a Ses Oliveres.

La temperatura aún es agradable —entre 22 y 26 grados durante el día— y el puerto mantiene ese brillo especial que combina la luz dorada del otoño con el azul sereno del Mediterráneo. Muchos visitantes locales aprovechan estos días para redescubrir la zona, pasear por el paseo marítimo o acercarse al restaurante para disfrutar de una cocina que celebra el producto fresco y el ritmo lento.

Octubre en Ses Oliveres Port de Sóller

En octubre, Ses Oliveres sigue apostando por una carta mediterránea honesta, con entrantes para compartir, arroces con producto local, pescados del día y mariscos de la costa. Pero el verdadero lujo está en el ambiente: mesas al aire libre, el sonido de las olas, y esa sensación de que el tiempo se detiene por un instante.

Un almuerzo puede empezar con unas croquetas caseras del día o un carpaccio de gamba roja de Sóller, continuar con un arroz de verduras de temporada o una fideuà marinera, y terminar con un postre casero acompañado de un café o una copa de vino blanco mallorquín. Todo ello servido con la hospitalidad cercana que caracteriza al equipo de Ses Oliveres.

Mientras el puerto se tiñe de tonos cálidos y el sol se refleja en el agua, los almuerzos de octubre se convierten en pequeñas celebraciones del presente: buena mesa, buena compañía y el privilegio de comer junto al mar sin necesidad de mirar el reloj.

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