De la gamba roja al bogavante: los reyes del mar en Ses Oliveres

Marisco fresco sobre una cama de hielo

Frente al puerto, donde cada mañana llegan las barcas de pesca con el fruto del Mediterráneo, Ses Oliveres celebra la frescura del mar en su máxima expresión. En su cocina, el protagonismo lo tienen los mariscos locales, productos que resumen la esencia de Sóller: sabor, autenticidad y respeto por el entorno.

La gamba roja de Sóller es, sin duda, la joya de la corona. Se captura frente a la costa norte de Mallorca, entre los 400 y 800 metros de profundidad, y se reconoce fácilmente por su color intenso y su sabor dulce. Es uno de los productos más valorados del Mediterráneo, y en Ses Oliveres se sirve en su forma más pura: frita con un toque de limón, a la plancha o incluso en elaboraciones especiales que cambian según la inspiración del día.

El bogavante, procedente de aguas frías del Atlántico y el Mediterráneo occidental, se prepara en diferentes versiones: a la plancha, en arroz caldoso o en fideuà marinera, siempre buscando el equilibrio entre la textura firme del marisco y la delicadeza del caldo.

El carabinero, con su carne jugosa y su inconfundible color rojo coral, añade intensidad a los platos. Es ideal para quienes disfrutan de sabores potentes y se aprecia especialmente en arroces o a la parrilla, donde su cabeza, rica en jugos, se convierte en un manjar.

Y no puede faltar el pulpo de roca, un clásico del Port de Sóller. Firme, sabroso y lleno de carácter, se cocina a la parrilla o con guiños a la tradición “mar i muntanya”, combinando tierra y mar en un solo bocado.

Cada uno de estos mariscos cuenta una historia de marineros, lonjas y recetas transmitidas con cariño. En Ses Oliveres, esa historia se sirve con vistas al puerto, un buen vino blanco mallorquín y la certeza de estar disfrutando de lo mejor del mar.

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